Dos casas rurales totalmente restauradas. Cuenta con instalaciones nuevas aunque conservan todo su estilo y decoraciones tradicionales. El resultado es confortable y acogedor, en un ambiente singular. Forman parte de la última fila de casas de pueblo, al borde del barranco del Arroyo Torrente. Por lo tanto, mientras las fachadas dan a un callejón muy tranquilo del pueblo, por la parte de atrás abren al huerto donde cada casa tiene su jardín privado con vistas.